¿Qué es la violencia?

Definición de la violencia 

 

La violencia doméstica no tiene un rostro definido. Puede producirse en todas las clases sociales, tanto en parejas jóvenes como en adultos mayores, sin importar el origen étnico ni la orientación sexual. 

 

La violencia doméstica contra las mujeres es un problema complejo. No es una simple discusión doméstica, sino más bien un problema de la sociedad, ya que dicha violencia se produce contra un género específico (femenino), como se indica en la definición siguiente:

 

«La violencia doméstica se caracteriza por una serie de acciones repetitivas que suelen producirse en una curva ascendente. Los especialistas conocen esta sucesión como la escalada de la violencia. Por parte del agresor, esta sigue un ciclo definido por fases sucesivas, a saber, el incremento de tensión, la agresión, el abandono de la responsabilidad, la remisión y la reconciliación. La violencia abarca agresiones psicológicas, verbales, físicas y sexuales, así como los actos de dominación en el plano económico. No es el resultado de una pérdida de control, por el contrario, consiste en un medio elegido para dominar a la otra persona y reafirmar el poder sobre ella.»

 

(Politique en matière de violence, prévenir, dépister et contrer la violence [Política en materia de violencia. Prevenir, detectar y combatir la violencia], Quebec, 1995)

 

Ver el ciclo de la violencia

La violencia, en primer lugar, es una relación de poder y de control coercitivo. Los distintos comportamientos utilizados no siempre son fáciles de identificar y se presentan a menudo en la intimidad de la pareja, sin testigos. Suele haber una atmósfera de intimidación antes de los primeros comportamientos de violencia física.  Con el tiempo, se produce una intensificación del comportamiento violento. Siempre hay una intención implícita y el control que ejerce el cónyuge violento tiene como objetivo específico evitar que la víctima haga algo u obligarla a comportarse como él desea. Para él, se trata de tener la última palabra. Por lo general, con los comportamientos violentos se pretende: 

 

  • tomar todas las decisiones e imponer la voluntad y las necesidades propias;
  • imponer su presencia en todos los ámbitos de la vida de la víctima y decidir las actividades o familiares a los que puede ver o no;
  • exigir que ciertas tareas o responsabilidades se hagan a su manera;
  • castigar a la víctima cuando no cumpla con sus exigencias.

 

El impacto de la violencia es mayor cuando una persona que tiene mucha influencia social maltrata a una persona con menos influencia. Las diferencias socioeconómicas, étnicas, la orientación e identidad sexual, las condiciones de salud mental o física son otros factores de vulnerabilidad que pueden agravar las consecuencias de la violencia para las víctimas. 

 

Veamos las principales formas de violencia que pueden producirse en una relación de pareja.

Suele ser la más habitual y la más tolerada. Se vuelve una forma de comunicación que refuerza la agresión psicológica y aumenta la intensidad del menosprecio hacia la víctima. Algunos ejemplos son:

 

  • Gritar o vociferar 
  • Blasfemar constantemente 
  • Insultar o injuriar
  • Dar órdenes 
  • Utilizar un tono brusco o autoritario 
  • Interrumpir constantemente la conversación

Forma de violencia psicológica que se vincula con la religión, pero también con los valores y creencias de una persona. 

 

  • Burlarse de aquello en lo que cree la otra persona
  • Imponer su visión de la religión y la forma en que la víctima la practica o no
  • Obstaculizar la realización de los sueños o planes de la otra persona
  • Utilizar valores morales o religiosos para controlar o amenazar

Se pueden utilizar diversas tácticas para desacreditar y aislar a la víctima, incluso de aquellos que intentan apoyarla.  Esto puede efectuarse a través de: 

 

  • Acusaciones falsas
  • Mentir a los trabajadores sociales y judiciales
  • Prolongación innecesaria de los procedimientos judiciales
  • Incumplimiento de órdenes o condiciones judiciales

Esta forma de violencia engloba todos los comportamientos que dañan la integridad física de la otra persona. Suele ser la conclusión de la escalada que se ha ido estableciendo con el tiempo, a fin de instaurar la dominación y el miedo en las víctimas. Algunos ejemplos son:

 

  • Empujar 
  • Apretar los brazos 
  • Dar patadas y puñetazos 
  • Golpear con o sin objetos 
  • Evitar que la otra persona duerma 
  • Quemar con un cigarrillo 
  • Tirar del cabello 
  • Estrangular 
  • Amenazar con un arma 
  • Cometer homicidio

 

La violencia física también puede ejercerse de forma indirecta. Evitar que alguien deje una habitación, golpear los muros, lanzar objetos, romper posesiones o conducir de manera peligrosa son otros comportamientos que amenazan a la víctima aunque el agresor no la toque directamente. 

En nuestra sociedad hiperconectada, la violencia a través de la tecnología posibilita un control constante de la víctima, incluso a distancia. Además, muchos dispositivos electrónicos facilitan la vigilancia y son asequibles.  Algunos ejemplos de comportamientos a los que se enfrentan las víctimas son: 

 

  • Se les obliga a responder el teléfono o los mensajes de texto inmediatamente 
  • Se les obliga a revelar sus contraseñas y a leer sus correos electrónicos o mensajes de texto
  • Se instalan cámaras o aplicaciones de rastreo sin su conocimiento
  • Se exige que la víctima mantenga su GPS activo en todo momento o rastrearla a través de este tipo de aplicaciones

Esta forma de violencia se enfoca en el contenido de la comunicación. El objetivo del agresor es destruir la autoestima de la víctima y socavar su credibilidad. La violencia psicológica se ejerce de forma discreta y genera mucha confusión en la víctima que, en pocos meses, puede sentir una pérdida de identidad. Durante mucho tiempo la víctima cree, erróneamente, que es la responsable de la situación. Esto puede presentarse de muchas formas:

 

  • Imponer su estado de ánimo o un ambiente tenso 
  • Responsabilizar a la víctima de todas las dificultades de la pareja
  • Criticar las decisiones o el juicio de la víctima
  • Cuestionar la salud mental de la pareja
  • Minimizar, negar o deformar los sentimientos, emociones y percepciones del otro 
  • Ridiculizar, denigrar o criticar las acciones u opiniones de la pareja 
  • Hacer sentir incompetente, culpable o mal consigo misma 
  • Hacer amenazas de todo tipo
  • Tomar todas las decisiones, sean importantes o no 
  • Chantajear

Durante mucho tiempo, la violencia sexual en el ámbito conyugal pasó desapercibida. No obstante, desde 1983, la violación conyugal es reconocida como un crimen en Canadá. Más allá de las agresiones y contactos sexuales no deseados, existe toda una serie de comportamientos que perjudican la integridad sexual y la imagen corporal de la víctima. 

 

Esta forma de violencia daña tanto la integridad física de la víctima como la psicológica y así lo demuestran los ejemplos siguientes:

 

  • Denigrar o ridiculizar la apariencia física o el cuerpo de la pareja
  • Acusarla de tener amantes
  • Hacer chistes sexistas 
  • Forzarla a ver material pornográfico
  • Hacer que se prostituya
  • Compartir imágenes íntimas sin el consentimiento de la víctima
  • Comparar sexualmente al cónyuge actual con otras parejas o con actores/actrices de películas pornográficas
  • Manipular al otro para satisfacer las propias necesidades sexuales
  • Toda actividad sexual no deseada que la mujer considere repugnante o dolorosa
  • Iniciar las relaciones sexuales cuando la víctima no está en condiciones de dar su consentimiento libre e informado (cuando duerme, por ejemplo) 

Más que un simple robo, la violencia económica se refiere al control ejercido sobre los recursos monetarios de la víctima con el fin de limitarla financiera y materialmente. Esto implica tanto la gestión de las finanzas de la pareja como la vida profesional de la misma. Algunos ejemplos son:

 

  • No asumir responsabilidades financieras
  • Negarse a que la otra persona trabaje o hacer que pierda su trabajo (mediante acoso, manteniéndola despierta toda la noche, etc.)
  • Exigir una explicación hasta por los gastos más pequeños
  • Controlar la gestión financiera y que la víctima no esté informada al respecto
  • Criticar constantemente las compras de la víctima
  • Forzar a que realice fraudes o usurpar la identidad de la víctima
  • Negarse a darle dinero para las necesidades básicas de la familia (comida, alojamiento, medicamentos, etc.)
  • Gastar todo el dinero en sus propias necesidades (narcóticos, juegos, etc.)
  • Vender objetos de la casa o de los niños para costear los intereses propios

El aislamiento social que genera la violencia permite al agresor intensificar su control sobre la víctima aún más. Esto puede manifestarse de las siguientes formas: 

 

  • Restringir o prohibir el contacto con la familia o las amistades
  • Interrogar cuando sale sin compañía del cónyuge
  • Mentir y manipular a las personas cercanas con respecto a la víctima

Para dominar a una persona, el agresor puede elegir atacar a quienes la rodean o tienen poder sobre su situación. Esto le permite aislar a la víctima y privarla de personas positivas para su autoestima.  

 

1. Los niños 

 

El ambiente tenso que reina en una relación violenta afecta a los niños, además de colocar al padre o la madre afectada en una posición difícil.  El agresor puede amenazar o atacar a los niños para castigar al otro progenitor o hacer que se someta. La alienación parental se utiliza con frecuencia.  Ciertas mujeres también optan por quedarse o volver con un cónyuge violento para proteger a sus hijos. 

 

2. Los animales de compañía

 

Las mascotas también pueden ser víctimas de amenazas o de crueldad animal, lo cual disuade a las víctimas de terminar la relación cuando no encuentran la forma de proteger a su animal de compañía. Asimismo, sin atacar directamente al animal, la pareja violenta puede privar a la víctima de su mascota dejando que esta escape o haciéndolo sacrificar contra su voluntad. 

 

3. La familia, las amistades y los colegas 

 

Un cónyuge violento puede manipular el círculo social de la víctima de distintas formas: 

 

  • Generar conflicto con sus seres queridos : ponerse celoso o denigrar a los amigos o familiares, no transmitir mensajes o borrarlos, arremeter directamente contra las personas cercanas y prohibir que la víctima las vea. 
  • Manipular la imagen que los seres queridos tienen de la víctima: decir falsedades sobre ella, decir que está loca, inestable o que tiene problemas de salud mental, ponerse como víctima de la situación o del conflicto.
  • Manipular la percepción que los seres queridos tienen de la situación: el agresor puede mentir o distorsionar los hechos para esquivar la responsabilidad y ponerla sobre la víctima. 
  • Utilizar los seres queridos para espiar a la víctima: solicitar a dichas personas que vigilen las acciones y gestos de la víctima haciéndoles creer que es «por su propio bien».
  • Apropiarse de la familia y los amigos de la víctima: inmiscuirse en las relaciones familiares y amicales de la víctima para convertirse en la persona más importante, excluir a la víctima de estos vínculos y apropiárselos.

 

4. Los asesores 

 

Los asesores de servicios psicosociales y del ámbito socio-judicial son el blanco de los agresores. Estos pueden mentir y manipular a los asesores, para quienes entonces resulta muy difícil reconocer claramente la situación. De esta forma, se vuelve muy difícil para ellos obtener la versión de la víctima y desarrollar una relación positiva con ella. Este tipo de violencia puede tener consecuencias devastadoras en la vida de la víctima, en especial cuando se trata de la custodia de los hijos o del divorcio.